sábado, 20 de agosto de 2011

Los Medios de comunicacion y la Necesidad de un Sano Escepticismo II - La manipulacion de las conciencias- 1


Bueno ya en la introducción hable un poco de las consecuencias, pero a continuación las especificare más. En primer lugar hay que reconocer que los Medios de Comunicación de Masas han supuesto un enorme avance en la difusión de la cultura y de la información, así como en la posibilidad de participación en la vida pública, pero de qué forma hacen esta manipulación de la que   he hablado? estos tipos de manipulación los aplico a los ataques que le hacen a la Iglesia y al Cristianismo en general:




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Manipulación política o discursiva impuesta por el contexto del periodista, en el sentido de que un periodista trabaja en unas condiciones materiales dadas por ejemplo: un formato dado, un límite de espacio en un diario o de tiempo en radio o en televisión, limitaciones empresariales impuestas por los intereses económicos y políticos de la empresa de comunicación, cosa que influye en mayor o menor grado en las informaciones que dan. Acá podemos ver como las cargas ideológicas de los grupos anticristianos nos pueden poner información falsa o falaz que nosotros muchas veces podemos tomar como verdaderas o cómo también muchas veces los medios se ensañan con las cosas malas que algunos de los miembros de la Iglesia (cuando hablo de los miembros de la Iglesia hablo de todos aquellos bautizados, sea obispo, sacerdote, seminarista, casado, soltero, joven, abuelo, niño) y si ponemos cuidado no se ataca más a otra iglesia tanto como a la Iglesia Católica y no es por dárselas de sufrido es una realidad constatable. Con lo que dije anteriormente no quiero decir que no se deba denunciar los abusos que algunos de la Iglesia puedan cometer, lo que quiero decir es que si se entra en lo de las denuncias porque no se denuncia por igual a otras personas o instituciones en las cuales sucede en mayor, igual o menor grado.

Un ejemplo de lo anterior es la obsesión que muestran algunos medios de resaltar casi exclusivamente los hechos negativos que afectan a la Iglesia, estos medios entran en generalizaciones casi mostrando que todos los sacerdotes de la Iglesia, por ejemplo son pedófilos, cuando en realidad son muchísimos más los que no fallan y que quieren permanecer fieles. Pero lamentablemente nada se dice de los sacerdotes que viven con abnegación. Si lo pasamos a otro ámbito también se suele generalizar cuando algún miembro de la policía comete un delito y rápidamente se tilda a toda la institución policial de corrupta. Acá vemos pues una clásica falacia de generalización apresurada.

En cuanto a esto, es criticable cómo ante las graves conductas de algunos sacerdotes por ejemplo en Norteamérica, se formaron campañas difamatorias contra el Papa y la Iglesia lideradas por los grandes medios de comunicación como el New York Times o Associated Press que ya no estaban interesados en combatir la pedofilia en todos los ámbitos ni en informar la verdad, sino simplemente en la agresión gratuita anticatólica.

Este masivo ataque a la Iglesia se comprueba en el casi absoluto silencio de los medios sobre las historias de abusos contra niños en las escuelas públicas de Estados Unidos ahora mismo, hoy. En un estudio de la profesora Charol Shakeshaft de la Virginia University realizado para el Departamento de Educación de Estados Unidos reveló que hubo 290 mil casos en las escuelas de Estados Unidos entre 1991 y 2001. De un grupo de 225 de estos maestros que admitieron haber abusado de algún alumno, solo el uno por ciento perdió su licencia para enseñar. Este estudio recibió solo una fracción de la cobertura dedicada a los abusos sexuales de clérigos pese a que este es un problema serio en las escuelas estadounidenses. Si los medios estuvieran verdaderamente preocupados por el abuso de niños, esto habría sido una noticia enorme. No lo fue y eso es una dura crítica a los medios y sus tendencias particulares. ¿O tal vez es una dura crítica al público y a nuestras tendencias? Porque también nosotros somos consumidores y alimentamos muchas veces el amarillismo.

Ahora bien, si los medios fueran más honestos también dirían que los casos de abuso sexual de sacerdotes llegaron a un pico entre 1970 y 1980 y ahora son solo una fracción de lo que fueron. Un informe de la oficina independiente de los Obispos de Estados Unidos dio a conocer hace unas semanas que de las 398 acusaciones que recibieron el año pasado, solo seis eran contemporáneas. El resto pertenecía a casos de sacerdotes ya acusados antes de abuso sexual que pertenecían a décadas pasadas. Esto, tampoco recibió casi nada de cobertura y ¿por qué no se sabe nada de esto? (CF. ACI).

Ahora que quede claro, mi interés no es minimizar el impacto, la importancia tanto moral como espiritualmente que conlleva que sacerdotes caigan en estos abusos. Lo que quiero recalcar es la poca neutralidad, mala intencionalidad, poco verdadero interés en solucionar el problema, la estigmatización y la obsesión de algunos medios para con el cristianismo. Otros artículos que recomiendo leer (1, 2, 3, 4)

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