lunes, 30 de julio de 2012

Colm O´Connell, el misionero irlandés que fabrica medallistas olímpicos

Si David Rudisha, actual recordman mundial de los 800 metros lisos, logra la medalla de oro en Londres, será una más que pueda colgarse el misionero irlandés Colm O´Connell, un auténtico descubridor de talentos. La primera fue la de Peter Rono en Seúl 88, esta vez en la distancia reina, los 1500 metros, donde derrotó al mítico Steve Cram.

El hemano Colm ha entrenado además a otros dos medallistas olímpicos y a 25 campeones del mundo. Llegó hace 35 años a la St Patrick´s High School de Iten, una pequeña ciudad junto a parque nacional del Valle Kerio, 350 km al norte de la capital de Kenya, Nairobi.

"Yo había practicado deportes en general, pero no atletismo", contó esta semana a la Radio Vaticana: "Cuando llegué, Kenya era aún un país relativamente joven, y había mucho trabajo que hacer para promover la educación. Consideré que el deporte sería una parte importante en la vida de un joven, así que enfoqué mi interés y mis capacidades a ayudar a los chicos a ser buenos deportistas".

Para él, el deporte es parte de su apostolado: "Como católicos, nuestro trabajo misionero no consiste sólo en una educación académica, sino también en la formación del carácter y los valores en la vida y la conducta, y en dar a los jóvenes buenos fundamentos. No es muy habitual que un misionero vea el atletismo o el deporte como parte del esfuerzo misionero, pero creo que los deportes y otras actividades extraescolares pueden ser a veces más eficaces que el mismo trabajo académico".

Desde luego, en San Patricio se lo toman muy en serio. A nivel nacional son potentes en hockey, voleibol y baloncesto, pero es el atletismo, y en concreto la carrera, lo que les ha hecho célebres. A los nombres citados hay que añadir otro oro olímpico como Matthew Birir en Barcelona 92 o campeones del mundo como los gemelos Cheruiyot o Wilson Kipketer, Wilson Boit (plata olímpica en Sidney) y numerosos campeones del mundo junior.

Curiosamente, aunque O´Connell es uno de los entrenadores más laureados en la historia del atletismo, nunca viaja a las competiciones. "No es una prioridad para mí", subraya: "Cuando empecé, no viajaba con el equipo de Kenya, eran tiempos en que muy pocas personas lo hacían. Me quedo viéndoles por la tele". Con humildad, pues, pero sin falsa modestia, confiesa: "Cuando veo a toda este gente en Iten, me pregunto: ¿de verdad esto lo empecé yo hace tantos años?".

La próxima cita es el jueves 9 de agosto, en la final de los 800. Si Rudisha cruza la línea en primer lugar, habrá un religioso irlandés dando saltos de alegría al norte de Kenya, pensando ya en el nombre de su siguiente campeón:

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